Categoría: Eureka

  • ¡Adiós a los plásticos de un solo uso!

    ¡Adiós a los plásticos de un solo uso!

    Los plásticos de un solo uso son un tema que siempre está sobre la mesa cuando se trata de hablar del cuidado del planeta. Hace varios años estos han estado bajo la lupa por varias razones. Una de ellas es su lenta descomposición y la incineración de plásticos, lo que contribuye en gran medida al cambio climático. Solo para que tengas en cuenta, una bolsa de plástico puede durar ¡más de 150 años en desaparecer! y  las botellas de este material se calcula que duran más de 500 años.  

    A lo anterior se suma que quemar plásticos provoca la liberación de sustancias como: dióxido de carbono, monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno y óxidos de azufre, todas estas son tóxicas, contaminan el aire y afectan la salud humana. 

    Adicionalmente, los plásticos representan cerca del 85% de todos los desechos marinos, según la ONU. Por su parte, Greenpeace informó que se han encontrado desechos plásticos hasta 10.000 metros debajo del mar. Cuando los plásticos llegan al océano pueden ser ingeridos por la fauna marina, causando que tengan problemas en la digestión, es decir, muchos peces enferman o mueren por ingerir plásticos, pero no solo eso, al comer peces y especies del mar, a los humanos terminan llegando estas partículas que afectan la salud.

     

    Por estas razones, activistas medioambientales han insistido en que se límite la producción de plásticos de un solo uso y, al mismo tiempo, muchas personas han tomado la iniciativa de reemplazarlos  con el fin de adoptar prácticas más amigables con el planeta. Por ejemplo, tener pitillos reutilizables, no comprar botellas de agua, sino recargar  sus botilitos, usar cepillos de dientes de bambú y otros elementos elaborados con materiales biodegradables, evitar las bolsas plásticas en las tiendas y supermercados, entre muchas otras. 

    Mira también: Estas son las ideas de la Generación eureka para cuidar el planeta

    Colombia prohíbe el uso de plásticos de un solo uso

    En Colombia estamos dando un primer paso para disminuir la producción y el consumo de los plásticos de un solo uso que tanto daño le hacen al planeta. La buena noticia es que el Congreso de la República de Colombia expidió la Ley 2232 de 2022, la cual busca regular y disminuir la comercialización de estos productos y a partir del 7 de julio comenzarán a salir progresivamente del mercado algunos productos.  

    Seguro te estás preguntando si eso quiere decir que todos los plásticos van a desaparecer en esa fecha. En realidad no, es un primer paso para regular su consumo y será un proceso que estará dividido en dos fases. ¡Toma nota! 

    Fase 1: se prohibirá la producción en el mercado y comercialización:

    • Bolsas de punto de pago utilizadas para embalar, cargar o transportar paquetes y mercancías, excepto aquellas reutilizables o de uso industrial.
    • Bolsas utilizadas para embalar periódicos, revistas, publicidad y facturas, así como las utilizadas en las lavanderías para empacar ropa lavada.
    • Rollos de bolsas vacías en superficies comerciales para embalar, cargar o transportar paquetes y mercancías o llevar alimentos a granel, excepto para los productos de origen animal crudos.
    • Mezcladores y pitillos para bebidas.
    • Soportes plásticos para las bombas de inflar.
    • Soportes plásticos de copitos de algodón o hisopos flexibles con puntas de algodón.

    Fase 2: productos que se dejarán de comercializar gradualmente

    • Envases o empaques, recipientes y bolsas para contener líquidos no preenvasados, para consumo inmediato, para llevar o para entregas a domicilio.
    • Platos, bandejas, cuchillos, tenedores, cucharas, vasos y guantes para comer.
    • Confeti, manteles y serpentinas.
    • Envases o empaques y recipientes para contener o llevar comidas o alimentos no preenvasados conforme con la normatividad vigente, para consumo inmediato, utilizados para llevar o para entregas a domicilio.
    • Láminas para servir, empacar, envolver o separar alimentos de consumo inmediato, utilizados para llevar o para entrega a domicilio.
    • Mangos para hilo dental o porta hilos dentales de uso único.
    • Adhesivos, etiquetas o cualquier distintivo que se fije a los vegetales.
    • Empaques, envases o cualquier recipiente empleado para la comercialización, al consumidor final, de frutas, verduras y tubérculos frescos que en su estado natural cuenten con cáscaras; hierbas aromáticas frescas, hortalizas frescas y hongos frescos.

    Este es un gran paso para el cuidado del planeta, y está en nuestras manos poder hacer que estas medidas funcionen, cumpliéndolas y motivando a nuestras familias y amigxs a que se sumen a estas medidas y de a poco le vayamos diciendo adiós a los plásticos de un solo uso. Y tú, ¿cómo ayudas al planeta?

    Mira también: ¿Qué hemos logrado en la misión por salvar el planeta?

     

    *Contenido financiado por el Fondo Único de TIC

  • Leilani, una historia llena de sueños y resistencia afro

    Leilani, una historia llena de sueños y resistencia afro

    Todos los 21 de mayo conmemoramos el Día de la Afrocolombianidad, una fecha en la que hacemos un homenaje a la población afrodescendiente de nuestro país y a su lucha para lograr hace 173 años la abolición de la esclavitud en Colombia. 

    Este es un día que nos recuerda la importancia de reconocer sus derechos, su cultura y el esfuerzo y la vida de muchos de sus líderes que lucharon por liberar sus pueblos del maltrato. Por eso en esta fecha te queremos hablar sobre un cuento de afrocolombianidad para niños

    Se trata de la historia de “Leilani, historias contadas por la infancia afrocolombiana”, un libro interactivo que cuenta la historia de una chica de Magüí Payán, un pueblo ubicado en el Pacífico Colombiano, que por diversas razones tuvo que migrar hacia Bogotá. Seguro te gustará y dejará muchas reflexiones. 

     

    El origen de este cuento de afrocolombianidad

    ¿Sabías que en Bogotá hay más de 4.000 niñxs y adolescentes afrocolombianos estudiando en los colegios públicos de la ciudad? Cada unx de ellxs tiene su historia; muchxs nacieron en la capital, otrxs llegaron desde otras zonas del país. Justamente este último caso es el de Leilani, una chica que tenía mucha ilusión de estudiar en la ciudad, proveniente de un pueblo del Pacífico Colombiano llamado Magüí Payán. 

    Aunque ella no había salido de su pueblo, una enfermera que la atendió en una ocasión le contó que había estudiado en una universidad de Cali. Desde ese día la curiosidad la invadió, se imaginaba cómo eran las universidades y colegios fuera de su lugar de origen y le contó a sus padres su deseo de ir a una ciudad a estudiar. ¡Y así fue! Luego de llegar a Cali y estar unos días allí, se trasladó a Bogotá, donde vivían algunos de sus familiares. 

    Al llegar, todo fue sorprendente; edificios gigantes, ruido, carros por todos lados, y muchísimas cosas que ella no había visto nunca. Al principio todo fue novedoso, y le daba mucha ilusión lo que podría vivir en la capital. Pero con el paso del tiempo su pueblo le comenzó a hacer mucha falta, así como su familia y sus amigos de Magüí Payán. 

    En el colegio se encontró con varias situaciones de bullying, y sus compañerxs eran muy diferentes de lo que ella pensaba pero, poco a poco, esto fue cambiando gracias a su fuerza y a la compañía de las personas que la querían. 

    La historia de Leilani es quizá muy parecida a la de muchxs chicxs afrocolombianos que llegan a esta ciudad llenos de sueños e ilusiones que mantienen claras y fuertes aún estando lejos de su casa y sus familias. 

    Leilani, historias contadas por la infancia colombiana es un cuento que seguramente no solo te enganchará por lo entretenido,  también te inspirará si tienes una historia similar o te sentirás identificadx con alguno de los relatos. Además, quienes abran sus páginas podrán reflexionar sobre muchos temas que podemos transformar para que lxs chicxs que llegan a Bogotá se sientan acogidos y no vean en esta ciudad un lugar hostil, sino que lo sientan también como un hogar. 

    Un libro que puedes leer desde ya 

    Leilani, historias contadas por la infancia afrocolombiana, es un libro digital interactivo creado colectivamente con niños y niñas afrocolombianos entre 6 y 12 años que viven en Bogotá, y que cobra vida, pues, a medida que avanzas en la historia vas a poder conocer la voz de los personajes, incluso interactuar a través de algunas preguntas que te harán ponerte en los zapatos de lxs chicxs e identificar cómo actuarías frente a diversas situaciones que se presentan en la narración. 

    Además, este libro está acompañado de ilustraciones, animaciones, y sonidos que te harán sentir más cercano a la historia y su contexto. ¡Prácticamente tú te convertirás en un personaje más gracias a la interactividad! 

    Cabe destacar que este libro interactivo es la herramienta perfecta para que hablemos sobre las familias afrocolombianas, la medicina ancestral, el autorreconocimiento, la diversidad étnica, las diferencias culturales, el racismo, el bullying, el perdón, la reconciliación y el poder transformador de lxs chicxs.

    El libro tiene 11 capítulos y 93 páginas, así que puedes leerlo de a pocos, y se puede convertir, por ejemplo, en tu actividad de las tardes. Luego de que lo leas seguro vas a querer que más chicxs, profes o familias lo exploren, así que puedes compartirlo y hacer que la historia de Leilani cada vez sea más conocida.

    Seguramente te preguntas: ¿quién creó este libro? Este es un proyecto de la Convergencia Nacional de Organizaciones Afrocolombiana (CNOA), junto con la Corporación Centro Pastoral Afrocolombiano (CEPAC) y el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes. 

     Así que lee aquí desde ya Leilani, historias contadas por la infancia afrocolombiana.

     

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  • Parches juveniles que luchan por el cuidado del medio ambiente

    Parches juveniles que luchan por el cuidado del medio ambiente

    A veces  pensamos que el activismo es solo cuestión de personas adultas, pero la realidad es otra porque hay muchxs chicxs en distintas partes del país y de Bogotá que están al frente y han llevado sus ideas por el cuidado del planeta a organizaciones barriales, huertas, escuelas populares,y participan en actividades comunitarias que tienen claro que transformar nuestra relación con la Tierra  no es cuestión de si estamos jóvenes o adultos, sino que hay que empezar desde  ya. 

    Y si te embarga la duda  sobre cómo iniciar, en dónde encontrar un parche que esté alineado con nuestros ideales, en eureka Tu Canal te vamos a contar sobre cinco organizaciones con participación juvenil que la están dando toda para que desde los espacios que habitamos y que hacen parte de nuestra cotidianidad también luchemos para que todos nos pongamos en modo: #ActúaSOStenible. 

    Mira también: La Generación eureka nos contó cómo cuidar el planeta

    Grupos de jóvenes que promueven el cuidado del medio ambiente

    Patrulleritos ambientales 

    Los Patrulleritos Ambientales tienen una misión clara: cuidar el Humedal Meandro del Say ubicado en el barrio El Recodo. Para esto convocan caminatas de limpieza en el lugar, donde a la vez aprovechan para hacer siembras y contarle a las personas y vecinos  la importancia de proteger este espacio natural. También cuidan y reconocen  la fauna que allí habita y, como si fuera poco, tienen la 10 puesta para que todo el barrio esté en sintonía con lo que pasa en el Humedal.

    Este es un proceso que lleva ya varios años y cada vez son más lxs chicxs que se suman y que siguen comprometidos con el cuidado del Humedal de su barrio.

    Güecha Ta

    Este grupo ubicado en el barrio Perdomo de Ciudad Bolívar se compone  de tres actividades que hacen regularmente: una aula ambiental, un punto ecológico y una huerta. 

    Además de lo ambiental, este parche tiene una misión muy importante: conectar a lxs chicxs con las realidades de su barrio, explorar cómo el arte ha sido parte de las múltiples historias que hay en esta zona de Bogotá, y haciendo recorridos por sus calles para ver  de cerca las prácticas que lxs habitantes tienen con la naturaleza que lxs rodea.

    Desde Güecha Ta también se hacen jornadas de limpieza, tienen una huerta comunitaria y hacen talleres de compostaje. Así que si vives por esta zona, esta puede ser tu oportunidad para unirte. . 

    Somos Bosque 

    Este parche está integrado por jóvenes y adultos que están en defensa del Bosque Bavaria en la localidad de Kennedy. 

    En equipo  desarrollan distintas actividades para concientizar sobre la importancia de no construir viviendas ni vías y respetar todo el ecosistema que hay en la zona, y para conectar a  la comunidad y comunicar  lo que pasa en este lugar hacen juegos, recorridos por el bosque, recolección de basuras, muralismo, etc. Además, este bosque es tan importante que, a pesar de las intervenciones y construcciones, sigue siendo el hogar de muchas aves convirtiéndose en un buen punto donde se puede hacer avistamiento.

    Mira también: ¿De dónde viene el agua que consumimos en Bogotá?

    Ahora un bonus de parches por el cuidado del medio ambiente

    Estas dos iniciativas no sé encuentran en Bogotá, pero les queremos contar más de lo que hacen porque es muy poderoso. 

    Eco Parche

    El Eco Parche es un grupo de chicxs que protegen los parques naturales de nuestro país. En nuestro caso, uno de los parques más cercanos a nuestra ciudad es el Parque Nacional Natural Chingaza, el cual está ubicado en la cordillera al noreste de Bogotá; conformado por 11 municipios, 7 de Cundinamarca (Fómeque, Choachí, La Calera, Guasca, Junín, Gachalá y Medina) y 4 municipios del Meta (San Juanito, El Calvario, Restrepo y Cumaral).

    Lxs chicxs que hacen parte del Eco Parche participan en talleres de radio, televisión, dibujo y fotografía, y a su vez en procesos educativos que buscan reconocer su territorio y la relación que tienen con los Parques Naturales, así como los formas que tenemos para la conservación de las especies de fauna y flora que hay en estas zonas. 

    Luego de este proceso, lxs chicxs se vuelven voceros, y son ellos los que hacen que en su comunidad también se le dé relevancia al cuidado de los espacios naturales.

    Para participar en el Eco Parche solo debes vivir cerca a un área protegida del Sistema de Parques Nacionales Naturales.

    El Frailejón Colectivo Ambiental 

    Es un grupo de chicxs indígenas en defensa del medio ambiente. Está iniciativa está en varios lugares de Colombia y sus integrantes se reúnen, dan sus opiniones sobre lo que pasa en sus territorios y a partir de ello envían mensajes a través del arte sobre la importancia de mejorar nuestra relación con las especies que nos rodean.

    También hacen jornadas de siembra, reciclan e investigan sobre los temas que les llama la atención. Hay chicxs del Valle del Cauca y Nariño 

     

    *Contenido financiado por el Fondo Único de TIC

     

  • ¡Dile adiós a la pereza de leer con estos tips!

    ¡Dile adiós a la pereza de leer con estos tips!

    Si te ha pasado que inicias un libro y te cuesta mucho trabajo terminarlo o intentas iniciar una lectura y te invade la pereza de leer, te da sueño, dejas de entender lo que estás leyendo o simplemente pierdes el interés, ¡tranqui! A todxs nos ha pasado en algún momento, por eso hoy te vamos a dar algunos tips para que el hábito de la lectura sea chévere, lo disfrutes y se convierta en una de tus actividades favoritas. 

    ¡Dile adiós a la pereza de leer!

    Elige un tema que de apasione

    Es probable que los primeros libros que leemos son los que nos mandan desde el colegio, y aunque es un ejercicio de los profes para acercarnos a la lectura, en algunas ocasiones no nos conectamos con ellos y nos hacen pensar que no nos gusta leer.

    Pero no, en realidad la clave para que te enganches con la lectura es encontrar un tema que te apasione. Para algunxs son las novelas románticas o gráficas, para otrxs pueden ser las historias de terror, de fantasía o,policiales,, etc. No hay tema malo, cada unx tiene gustos específicos y lo importante es identificarlospara iniciar por ahí. 

    Mira también: Cinco libros de naturaleza que te encantarán

    Destina un horario para la lectura

    Muchos gustos se adquieren a través de los hábitos. Destina algunas horas de la semana para leer, podrías empezar por 15 minutos e ir extendiendo el tiempo y no tiene que ser un libro, puedes buscar algún contenido en internet que te llame la atención. 

    También puedes explorar con cuentos cortos o poemas que puedas leer en unas horas o minutos. Lo importante es ir creando el hábito para que luego te sea más fácil terminar las lecturas más largass e  identificar cuál es el momento del día en el que más te gusta leer.

    No te cierres a todos los libros porque uno o varios no te han gustado

    Encontrarnos con libros que no nos gustan, incluso cuando a otros les ha encantado, es algo que pasa una y otra vez. Cuando esto te ocurra, puedes suspender la lectura y quizá retomarla después. Lo que hay que tener en cuenta es que no debes obligarte a leer cosas que no te llaman la atención, y tampoco debes sentir culpa porque algo de lo que esperabas más no te gustó. Dale la oportunidad a un nuevo libro, seguro va a llegar el indicado. 

    Ve a ferias, librerías y bibliotecas 

    Visitar estos sitios y eventos nos pueden sorprender porque podemos encontrarnos con libros o historias que no teníamos ni idea que nos gustaban y de autores que jamás habíamos escuchado. 

    Así que un muy buen tip es ir a explorar, dar una visita a ferias, librerías o bibliotecas, sin querer algo preciso, sino ir a ver títulos, portadas, leer las contraportadas y descubrir otras cosas. Muchas veces esos libros que jamás vamos a olvidar los encontramos así, sin esperarlos. 

    Sí creías que algo te iba a gustar pero no, vuelve a intentarlo 

    Así como todo en la vida, todo tiene su momento, puede que un libro en una primera lectura no te guste, pero guárdalo e inténtalo en otro momento, puede que luego por cosas que has vivido conectes más con una historia o un escritor/a. Así que dale segundas oportunidades a los libros. Deja pasar semanas, meses, años y vuelve a sus páginas. 

     

    *Contenido financiado por el Fondo Único de TIC

  • Cinco libros de naturaleza que te encantarán

    Cinco libros de naturaleza que te encantarán

    Te presentamos 5 libros recomendados para que te conectes con la naturaleza y para que además conozcas nuevos autores y te enganches con historias diversas alrededor de este tema si aún no lo has explorado. 

    Libros de naturaleza para que inicies a leer desde ya 

    Posdata: el orden es aleatorio, así que tú inicia por el qué más te llame la atención.

    1. Laura y la ballena azul – Vicente Muñoz Puelles

    Laura se embarca en una misión: descubrir si los animales también se ríen. En medio de su investigación, su madre le dice que hay una ballena varada en la playa, por supuesto en ese momento ella va a ver de qué se trata. Mientras todos a su alrededor se afanan en salvar al enorme animal, ella vivirá un momento mágico al acercarse hasta ella y poder tocarla.

    2. Pregúntale a Francisco: ¿qué es el cambio climático? – Francisco Vera

    ¿Por qué está cada vez más caliente el planeta Tierra? ¿Son los gases de efecto invernadero los villanos de nuestros tiempos? ¿Cómo afecta la crisis climática a las plantas y las aves? ¿Cómo puedo reducir mi huella de carbono? ¿Cómo puedo ayudar a la Tierra y el medioambiente? Francisco Vera, un chico colombiano activista, te cuenta en este libro algunas respuestas e ideas sobre estos temas. 

    Mira también: ¿Por qué necesitamos salvar la Tierra?

    3. Mis vecinos salvajes – Katrin Wiehle

    Miles de animales están a nuestro alrededor, incluso algunos tan pequeños que muchas veces no vemos, pero están allí; en parques, jardines, patios. ¿Cómo se alimentan ellos? ¿Qué secretos guardan? ¿Cómo se han adaptado a nuevos hábitats? Este es un libro para ser más conscientes de todos los animales que nos acompañan en lugares que habitamos a diario.

    4. Clementina y el mundo submarino – José Carlos Román

    La gallina Clementina parte en una nueva aventura, esta vez en busca de un misterioso tesoro. ¿Lo tendrá la ballena? ¿Quizás el pulpo? Recorre con Clementina el mundo submarino y conoce a todas las criaturas que habitan nuestros mares y océanos. ¿Encontrará Clementina el tesoro? Descúbrelo con este libro. 

    5. Árboles – Emily Bone y Laura Cowan

    ¿Qué árboles crecen en el mar? ¿Cuál es el árbol más alto del mundo? ¿Es cierto que existe un árbol capaz de cambiar el sabor de sus hojas? Seguramente si amas los árboles estas preguntas te las has hecho en algún momento de tu vida, así que este libro es perfecto para ti, y por qué no, también puede ser un buen regalo para aquellos que nos son tan amigables con los árboles, porque con este libro conocerá la importancia de los árboles para nuestro planeta y propia vida. 

    *Contenido financiado por el Fondo Único de TIC

  • Un tema sobre el que debemos reflexionar: el fast fashion

    ¿Te has preguntado de dónde viene la ropa que usas a diario?  Las prendas que compras en algunos almacenes pueden tener detrás la historia de niños explotados laboralmente. Te vamos a contar más sobre el Fast Fashion.

    Seguramente has escuchado hablar del fast fashion, una práctica que se traduce literalmente como “moda rápida” y que hace referencia a la “necesidad” que tenemos muchas veces de comprar ropa nueva en determinadas tiendas y muy seguido todo por seguir las tendencias de la moda, la publicidad y lo que imponen las redes sociales.

    De entrada es una industria que evidencia muchas banderas rojas, pero ahí no termina. Según información de la Universidad Autónoma de México UNAM, para hacer un pantalón se necesitan más de 7.000 litros de agua, y para una camiseta más de 2.000 litros. 

    Te puede interesar: Tienda de sorpresas: una iniciativa sostenible con el medio ambiente

    Pero no solo eso, una prenda de vestir puede llegar a tardar 500 años en degradarse por completo, y de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, quemar un kilo de ropa genera 1.36 kilos de dióxido de carbono, siendo más contaminante que el carbón o gas natural.

    A esto se suma que la alta producción de ropa, de muy baja calidad, ha hecho que las cantidades que se desechan también sea descomunal, lo peor es que todas estas prendas van a parar a lugares que ya se han convertido en islas de basura, como la que se encuentra en el Desierto de Atacama en Chile. 

    Es muy triste ver esta imagen porque Atacama es un lugar tan impresionante que se asemeja a la superficie de Marte, tanto que la NASA ha realizado pruebas de sus vehículos planetarios en esta zona. Sin embargo, actualmente se está convirtiendo en un cementerio de ropa.  

    Sumado a todo el daño ambiental que el fast fashion está ocasionando, existe otra problemática que afecta a millones de niños y adolescentes: la explotación infantil por la desaforada producción. 

    Fast fashion y explotación infantil

    Para hablar de este tema queremos proponerte que vayas a tu closet y revises las etiquetas de tu ropa, y mira con  atención en donde fueron hechas. Quizá varias tendrán países como Bangladesh, India y Pakistán. Esto no es coincidencia, una investigación hecha por la Universidad EAFIT revela que el continente asiático es el principal exportador de moda rápida a nivel mundial, con alrededor de 63,7 %; China aporta el 36,36 % e India el 3,14 % del total. Pero, ¿sabes qué ocurre dentro de esta industria?

    La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha identificado que quienes trabajan en estas empresas, trabajan más horas de las legalmente establecidas sin pagos extras, prestaciones sociales, días libres ni vacaciones.

    Agregan que: “Los químicos y las sustancias que deben manejar los trabajadores representan un riesgo significativo para su salud, teniendo en cuenta que no cuentan con capacitación suficiente para su correcta manipulación. De igual manera, frecuentemente se presentan accidentes laborales debido a las pobres condiciones de seguridad en el manejo de las maquinarias”. 

    Mira también: ¿Sabes qué es la moda sostenible?

    Y aunque podríamos pensar que este panorama solo afecta a la gente adulta, no es así, pues la industria de la moda rápida es una de las que más emplea a chicos. Por ejemplo, en Asia se encuentran 122 millones de empleados entre los cinco y catorce años, haciendo labores desde lo relacionado con los cultivos de algodón hasta la fabricación de la ropa, siguiendo el informe de la Universidad EAFIT.

    Narseen Sheikh: una sobreviviente del trabajo infantil textil

    Narseen Sheikh es una chica de Rajura, India, quien a sus 10 años empezó a trabajar. Según El País de España, uno de los medios que contó su historia, Narseen  inició en una fábrica textil clandestina en Katmandú, la capital de Nepal, donde dormía, comía y trabajaba en una misma habitación. Ella reveló que le sangraban los dedos y aún así la obligaban a seguir trabajando por menos de dos dólares la jornada, es decir, poco menos de $8.000 pesos colombianos. 

    A raíz de todo lo que ella vivió decidió fundar Empowement Colective, una organización que trabaja para que deje de existir la explotación laboral en Nepal e India. Además, hace parte de la campaña Good clothesFair Pay, que busca promover leyes que regulen y obliguen a las fábricas para que la ropa que sea enviada a otros países para comercializar, tenga certificaciones que garanticen que no tienen prácticas de explotación laboral e infantil.

    Mira también: Matrimonio Infantil, un tema que no debemos ignorar

    ¿Qué pasa con el trabajo infantil en Colombia?

    Nuestro país no es ajeno a prácticas en las que los chicos se ven forzados a trabajar. El DANE informó que para finales de 2022, 369.000 mil menores de edad, entre los 5 y los 17 años, ejercen algún tipo de trabajo infantil. 257.000 del total eran chicos y 113.000 chicas. Muchos de ellos hacen parte de actividades informales como las ventas ambulantes, también suelen trabajar en establecimientos comerciales. 

    En la información brindada por el DANE se expone que un 37,1% de los menores que trabajan lo hacen para tener su propio dinero, el 33,3% porque debe participar en la actividad económica de la familia y un 15,7% acude a esto para ayudar con los gastos de la casa o para costearse los estudios.

    Hay que recordar que en nuestro país, el trabajo infantil está permitido bajo ciertas condiciones. El ICBF establece que los menores de 15 años pueden trabajar con la autorización de sus padres y control de la inspección de trabajo, siempre y cuando se encuentren matriculados en un programa escolar, que las actividades remuneradas estén relacionadas con lo artístico, cultural, recreativo y deportivo, y solo podrán dedicarle 14 horas a la semana. 

    Por otra parte, los chicos mayores de 15 años, autorizados a trabajar tienen derecho a la formación y especialización que les permita ejercer libremente una ocupación, arte, oficio o profesión y a recibirla durante el ejercicio de su actividad laboral. 

    Asimismo, el Código de Infancia y Adolescencia en su artículo 35, reglamenta que a los chicos con permiso para trabajar y contrato laboral también se les debe garantizar un salario digno, prestaciones sociales, vacaciones, etc, es decir todas las protecciones laborales que cualquier empleado adulto tiene. Aunque esto es una ley, no siempre se cumple.

    ¿Cuál es nuestra misión?

    La explotación laboral infantil le quita muchas oportunidades a los chicos, por ejemplo, dejan de asistir a la escuela, pero también pierden la posibilidad de vivir su infancia; de jugar, tener amigos y tener preocupaciones y obligaciones que no les corresponden. 

    Los derechos no siempre son los mismos para todos, y aunque los gobiernos son los encargados de velar por que éstos se cumplan y también por el bienestar de los niños y adolescentes, nosotros podemos sumarnos reconociendo estas realidades e identificando que detrás de actividades cotidianas, como la compra de ropa por moda o tendencia, estamos promoviendo un fantasma del que muy poco se habla: la esclavitud infantil. 

    *Contenido financiado por el Fondo Único de TIC

  • Un tema sobre el que debemos reflexionar: el fast fashion

    Un tema sobre el que debemos reflexionar: el fast fashion

    ¿Te has preguntado de dónde viene la ropa que usas a diario?  Las prendas que compras en algunos almacenes pueden tener detrás la historia de niños explotados laboralmente. Te vamos a contar más sobre el Fast Fashion.

    Seguramente has escuchado hablar del fast fashion, una práctica que se traduce literalmente como “moda rápida” y que hace referencia a la “necesidad” que tenemos muchas veces de comprar ropa nueva en determinadas tiendas y muy seguido todo por seguir las tendencias de la moda, la publicidad y lo que imponen las redes sociales.

    De entrada es una industria que evidencia muchas banderas rojas, pero ahí no termina. Según información de la Universidad Autónoma de México UNAM, para hacer un pantalón se necesitan más de 7.000 litros de agua, y para una camiseta más de 2.000 litros. 

    Te puede interesar: Tienda de sorpresas: una iniciativa sostenible con el medio ambiente

    Pero no solo eso, una prenda de vestir puede llegar a tardar 500 años en degradarse por completo, y de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, quemar un kilo de ropa genera 1.36 kilos de dióxido de carbono, siendo más contaminante que el carbón o gas natural.

    A esto se suma que la alta producción de ropa, de muy baja calidad, ha hecho que las cantidades que se desechan también sea descomunal, lo peor es que todas estas prendas van a parar a lugares que ya se han convertido en islas de basura, como la que se encuentra en el Desierto de Atacama en Chile. 

    Es muy triste ver esta imagen porque Atacama es un lugar tan impresionante que se asemeja a la superficie de Marte, tanto que la NASA ha realizado pruebas de sus vehículos planetarios en esta zona. Sin embargo, actualmente se está convirtiendo en un cementerio de ropa.  

    Sumado a todo el daño ambiental que el fast fashion está ocasionando, existe otra problemática que afecta a millones de niños y adolescentes: la explotación infantil por la desaforada producción. 

    Fast fashion y explotación infantil

    Para hablar de este tema queremos proponerte que vayas a tu closet y revises las etiquetas de tu ropa, y mira con  atención en donde fueron hechas. Quizá varias tendrán países como Bangladesh, India y Pakistán. Esto no es coincidencia, una investigación hecha por la Universidad EAFIT revela que el continente asiático es el principal exportador de moda rápida a nivel mundial, con alrededor de 63,7 %; China aporta el 36,36 % e India el 3,14 % del total. Pero, ¿sabes qué ocurre dentro de esta industria?

    La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha identificado que quienes trabajan en estas empresas, trabajan más horas de las legalmente establecidas sin pagos extras, prestaciones sociales, días libres ni vacaciones.

    Agregan que: “Los químicos y las sustancias que deben manejar los trabajadores representan un riesgo significativo para su salud, teniendo en cuenta que no cuentan con capacitación suficiente para su correcta manipulación. De igual manera, frecuentemente se presentan accidentes laborales debido a las pobres condiciones de seguridad en el manejo de las maquinarias”. 

    Mira también: ¿Sabes qué es la moda sostenible?

    Y aunque podríamos pensar que este panorama solo afecta a la gente adulta, no es así, pues la industria de la moda rápida es una de las que más emplea a chicos. Por ejemplo, en Asia se encuentran 122 millones de empleados entre los cinco y catorce años, haciendo labores desde lo relacionado con los cultivos de algodón hasta la fabricación de la ropa, siguiendo el informe de la Universidad EAFIT.

    Narseen Sheikh: una sobreviviente del trabajo infantil textil

    Narseen Sheikh es una chica de Rajura, India, quien a sus 10 años empezó a trabajar. Según El País de España, uno de los medios que contó su historia, Narseen  inició en una fábrica textil clandestina en Katmandú, la capital de Nepal, donde dormía, comía y trabajaba en una misma habitación. Ella reveló que le sangraban los dedos y aún así la obligaban a seguir trabajando por menos de dos dólares la jornada, es decir, poco menos de $8.000 pesos colombianos. 

    A raíz de todo lo que ella vivió decidió fundar Empowement Colective, una organización que trabaja para que deje de existir la explotación laboral en Nepal e India. Además, hace parte de la campaña Good clothesFair Pay, que busca promover leyes que regulen y obliguen a las fábricas para que la ropa que sea enviada a otros países para comercializar, tenga certificaciones que garanticen que no tienen prácticas de explotación laboral e infantil.

    Mira también: Matrimonio Infantil, un tema que no debemos ignorar

    ¿Qué pasa con el trabajo infantil en Colombia?

    Nuestro país no es ajeno a prácticas en las que los chicos se ven forzados a trabajar. El DANE informó que para finales de 2022, 369.000 mil menores de edad, entre los 5 y los 17 años, ejercen algún tipo de trabajo infantil. 257.000 del total eran chicos y 113.000 chicas. Muchos de ellos hacen parte de actividades informales como las ventas ambulantes, también suelen trabajar en establecimientos comerciales. 

    En la información brindada por el DANE se expone que un 37,1% de los menores que trabajan lo hacen para tener su propio dinero, el 33,3% porque debe participar en la actividad económica de la familia y un 15,7% acude a esto para ayudar con los gastos de la casa o para costearse los estudios.

    Hay que recordar que en nuestro país, el trabajo infantil está permitido bajo ciertas condiciones. El ICBF establece que los menores de 15 años pueden trabajar con la autorización de sus padres y control de la inspección de trabajo, siempre y cuando se encuentren matriculados en un programa escolar, que las actividades remuneradas estén relacionadas con lo artístico, cultural, recreativo y deportivo, y solo podrán dedicarle 14 horas a la semana. 

    Por otra parte, los chicos mayores de 15 años, autorizados a trabajar tienen derecho a la formación y especialización que les permita ejercer libremente una ocupación, arte, oficio o profesión y a recibirla durante el ejercicio de su actividad laboral. 

    Asimismo, el Código de Infancia y Adolescencia en su artículo 35, reglamenta que a los chicos con permiso para trabajar y contrato laboral también se les debe garantizar un salario digno, prestaciones sociales, vacaciones, etc, es decir todas las protecciones laborales que cualquier empleado adulto tiene. Aunque esto es una ley, no siempre se cumple.

    ¿Cuál es nuestra misión?

    La explotación laboral infantil le quita muchas oportunidades a los chicos, por ejemplo, dejan de asistir a la escuela, pero también pierden la posibilidad de vivir su infancia; de jugar, tener amigos y tener preocupaciones y obligaciones que no les corresponden. 

    Los derechos no siempre son los mismos para todos, y aunque los gobiernos son los encargados de velar por que éstos se cumplan y también por el bienestar de los niños y adolescentes, nosotros podemos sumarnos reconociendo estas realidades e identificando que detrás de actividades cotidianas, como la compra de ropa por moda o tendencia, estamos promoviendo un fantasma del que muy poco se habla: la esclavitud infantil. 

    *Contenido financiado por el Fondo Único de TIC

  • ¡Qué canten los niños y niñas!: experiencias, sueños y reflexiones de Santiago, Carolina y Andrea frente al conflicto armado

    ¡Qué canten los niños y niñas!: experiencias, sueños y reflexiones de Santiago, Carolina y Andrea frente al conflicto armado

    Escrito por: Juan Pablo Otero Salazar

    Instagram: @juanotero2006

     

    «Nadie podrá llevar por encima de su corazón a nadie ni hacerle mal en su persona aunque piense y diga diferente». (Jaime Garzón) 

     

    Hace algunos días visité un lugar donde viven y estudian muchos chicos y chicas a los que les fueron vulnerados sus derechos o estaban en riesgo inminente de que estos fueran quebrantados. Ellos son Carolina, Andrea y Santiago, de 17 años, quienes sobrevivieron a varias experiencias que ojalá nunca hubieran vivido. La guerra no suele ser amable con ninguna persona, y peor aún con algunos niños y niñas, que en lugar de estar jugando, leyendo, aprendiendo y disfrutando en compañía de sus familias y amigos, han tenido que vivir situaciones terribles. 

    Sentados en el pasto, en círculo y disfrutando del sol, nos comíamos unas papas con juguito de cajita que mi mamá nos había traído, y yo, mientras tanto, estaba atento escuchando sus historias:

    –Yo hice este dibujo porque una noche estaba muy triste -dice Andrea-, no podía dormir, mi mente se inundaba de impotencia y desesperación, ya que a través de la ventana de mi casa veía a grupos armados reclutando a niños muy pequeños, sabiendo que ellos no se querían ir, que preferían quedarse en su casa ayudando a su familia, ordeñando las vacas y jugando. Aún así se los llevaron y yo no pude hacer nada. 

    Día Nacional de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas

    Hacía el típico sol de las dos de la tarde, calientito y acogedor, de esos que obligan a salir de la cama para ir al parque a distraerse un rato. Por todo el lugar había niños jugando fútbol y baloncesto, otros a las escondidas, al otro lado del patio, algunos dibujaban o miraban el teléfono. 

    –Desde que tengo uso de razón -dice Santiago-, he visto muertos tirados por ahí: flotando en el mar, una cabeza, una mano…

    –Sí -concuerda Carolina-, por eso a uno le toca alejarse de sus familias para tener un buen futuro y más oportunidades. Es algo muy violento y no se lo desearía a nadie.

    –Donde yo viví hay una ley como impuesta -indica Andrea-: si robas te matan; si violas te matan; si matas te matan y si la persona es como dicen ahí “chismosa” o “sapa” la matan también. Me acuerdo que la gente solía desvalijar las casas: le quitaban el techo, las ventanas, las puertas y todo eso. Además, cuando se iba la luz quemaban las llantas y se metían a las tiendas a robar. Permanecía muy triste porque yo quería estudiar y pues donde vivía eso no era una prioridad. 

    –Yo tuve una buena infancia porque solía estar en la calle -recuerda Carolina-: compartía mucho, tenía un grupo y si a una le faltaba una cosa se la prestaban. Pero de un momento para acá comenzó a haber muchos problemas por poder, y empezaron a llevarse a los niños y también a las niñas, y yo tenía miedo de que me pasara eso, así que me enviaron para acá, para la comunidad… pues… por mi protección.

    Colombia ha sufrido la violencia por cerca de sesenta años, y el único resultado que hemos logrado obtener fue inundar nuestras ciudades y campos de sangre y lágrimas, de niños que crecieron sin sus padres y de madres que murieron sin sus hijos porque los habían asesinado. Este país ha postergado por décadas la oportunidad de progresar por cuenta de querer eliminar al otro, de no escucharlo, de no sentarse a debatir, y a pesar de las diferencias llegar a un consenso.

    –¿Les parece si vamos a caminar y me enseñan el lugar? -pregunté. Honestamente sentía una profunda tristeza cuando ellos me contaban sus historias, es imposible que tu corazoncito no se ablande y tus ojos no se humedezcan tan sólo un poco, sabiendo que en tu país existen niños, al igual que tú, que tuvieron que vivir la violencia. 

    –Sí, dale, vamos -me respondieron.

    –Por otra parte -pregunté-, a mí me dijeron que a Andrea le gusta dibujar mucho. ¿Te gustaría mostrarnos tus dibujos?

    –Sí -respondió, y sacó un dibujo del closet-. Este de acá lo hice en clase de artes. La hoja de aquí que se está quemando mientras un militar la firma, son los Acuerdos de Paz incumplidos, esto de aquí son unas balas, eso de ahí es una niña que llora, y ella es una mamá que también llora porque los grupos armados secuestran a su hija. 

    Día Nacional de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas

    Ellos me seguían mostrando el lugar donde dormían, lavaban la ropa, estudiaban y cocinaban.

    –¿Y ahora a dónde vamos? -pregunté.

    –Te llevamos a la huerta donde colaboramos todos y, además, la lidero yo -dijo Santiago, claramente sintiéndose orgulloso. 

    –Entiendo -dije-, esto es como una especie de país que están construyendo, el país que todos soñamos tener, por lo menos en un futuro.

    –Esa es la idea -señaló Carolina. 

    –¿Ya saben qué estudiar y qué hacer cuando sean grandes? -pregunté.

    –Yo quiero ser médico -dijo Santiago-, pero uno que aparte de curar a las personas sea también rebelde, para no repetir las malas prácticas de la mayoría, denunciar la corrupción y siempre buscar la paz, algo así como Garzón. No dejaría que se robaran la plata de la educación y presionaría mucho para que los políticos vayan a los territorios y escuchen a la gente. Por el lado personal también sueño con tener hijos y una familia.

    –Yo también quiero ser médica -indicó Carolina-, y en este momento se me ocurre que sin lugar a dudas daría todo de mí para que, tanto en mi casa como en la de los demás, las familias practiquen la corresponsabilidad y se dividan las tareas de forma justa. 

    Después de recorrer el sitio, preguntarnos un montón de cosas, conocernos y compartir por cerca de cuatro horas, tuve que devolverme a mi casa. En ese largo trayecto de TransMilenio por mi cabeza no dejaban de rondar los pensamientos, algunos muy tristes, pero la mayoría de ellos llenos de esperanza y fe porque sé que en un futuro, no muy lejano, podremos alcanzar una paz estable y duradera. 

    Ya sentado en mi computador escribiendo el artículo en lo único que pienso es en que ojalá ese país que están formando se pueda ampliar y materializar en todo el territorio colombiano. Sueño con construir, en compañía de los futuros médicos Santiago y Carolina, la próxima gran pintora Andrea y los demás chicos y chicas de toda Colombia, un país donde no neguemos los conflictos y diferencias que naturalmente siempre van a existir, ya lo decía Estanislao Zuleta, “son fenómenos tan constitutivos del vínculo social como la interdependencia misma”. Con ellos y ellas quiero levantar escenarios sociales y legales donde los conflictos se puedan desarrollar de manera democrática, sin que la oposición al otro conduzca a su eliminación. Sueño con construir un futuro con una ciudadanía diversa, incluyente, que sepa tener mejores conflictos, que pueda reconocerlos y contenerlos, y que no viva a pesar de ellos, sino de forma productiva e inteligentemente en ellos. 

    Apuntaciones:

    • Cambié los nombres de mis compañeros Santiago, Carolina y Andrea para velar por su seguridad.
    • A él y a ellas todo mi agradecimiento por confiar en mí, por contarme sus historias y sus sueños. Tengo la certeza de volvernos a encontrar en este camino de construir un país para todas, todos y todes. 
    • Según el Centro Nacional de Memoria Histórica, en Colombia hay más de diecisiete mil niños, niñas y adolescentes, como tú y como yo, que han sido reclutados por grupos armados. Ojalá algún día eso sólo sea un mal recuerdo de la historia patria.
    • Un abrazo para todas las personas víctimas del conflicto armado, hoy, nueve de abril. 

     

  • Karate: un deporte para chicos y chicas

    Karate: un deporte para chicos y chicas

    En eureka Tu Canal estamos destacando deportes que seguro te llaman la atención y que en algún momento has pensado practicar. El turno de hoy es para el karate. ¿Estás listx para conocer su historia, reglas y dónde puedes entrenar en Bogotá? ¡Este artículo es para ti!

    ¿De dónde viene el karate?

    Para hablar de karate debemos ir hasta el siglo XV a la isla japonesa de Okinawa, durante el reino Ryukyu. Allí y en ese entonces las artes marciales estaban muy popularizadas y poco a poco fueron influenciadas por el kung-fu, una técnica China, y años después por combates japoneses modernos como el kendo, el judo, y finalmente el aikido. 

    Este deporte se expandió por el mundo y durante el siglo xx fue renombrado como karate-Do.

    Modalidades y reglas del karate

    Existen dos modalidades en este deporte. La primera se llama Kumite, en esta hay categorías según la edad y nivel de habilidad, y los puntos se otorgan según las técnicas de golpe y patadas controladas en áreas específicas del cuerpo del oponente. 

    Los combates pueden tener una duración de tiempo determinada o seguir un sistema de puntos acumulativos. Al final, el competidor con más puntos gana. Cabe señalar que en cada juego hay: 1 referee (Shushin), 4 jueces (Fukushin) y un árbitro (Kansa). Asimismo, debe existir la  presencia de cronometristas, planilleros y anunciadores.

    La segunda modalidad se conoce como Kata. En esta los participantes deben demostrar secuencias de movimientos predeterminados contra oponentes imaginarios. 

    Cada Kata se conforma de un conjunto específico de movimientos y técnicas que deben ejecutarse con precisión, fluidez y poder. En esta modalidad, los competidores son evaluados por un panel de jueces que califican la calidad de las técnicas, la postura, el enfoque y la fuerza emocional transmitida durante la presentación.

    Aunque este es un deporte de contacto, debes saber algunas de las áreas de golpe permitidas son la cabeza, pecho, abdomen,costados y espalda. Adicionalmente, no se permite realizar técnicas de ataque sobre las articulaciones, los empeines, las ingles, las piernas, los brazos, la garganta o los ojos.

    ¿Cómo llegó el karate a Colombia?

    El karate en Colombia tuvo origen en Villapinzón, una población del nororiente de Cundinamarca, donde se practicó por primera vez el 5 de agosto de 1963 con un grupo dirigido por Jaime Fernández Garzón, quien practicaba Shorin Ryu Shido Kan, estilo que aprendió durante sus estudios en Argentina. En 1967 Fernández funda el primer dojo o escuela de artes marciales en la capital: La Academia Colombo Japonesa, y en 1972 se constituye la Liga de Karate-Do de Bogotá. ¿Lo sabías?

    ¿Dónde practicar karate en Bogotá?

     Si te llama la atención el karate-do deporte puedes practicarlo en la Unidad Deportiva El Salitre, allí encuentras la Liga de Karate de Bogotá. También, puedes encontrar dojos y academias alrededor de la ciudad donde vas a poder conocer más del karate, una práctica que le entrega muchos beneficios a tu cuerpo y mente como: el aumento de la resistencia cardiovascular, mejora la resistencia y la fuerza muscular, incrementa la flexibilidad y estimula la concentración.

    ¿Dónde puedo ver competencias de karate?

     ¡Tenemos buenas noticias! Este sábado 2 y domingo 3 de marzo a través de las pantallas de Capital vas a poder vivir el I Campeonato Nacional Interligas e interclubes de Karate Nacional, el cual reúne a las distintas ligas y clubes del país para competir en las categorías Senior, Juvenil y Preinfantil.

    Lo mejor de todo es que tú vas a poder vivir y seguir este encuentro deportivo en familia a través de las pantallas de Capital. 

    ¡Conéctate este viernes 29 de febrero de 1:00 p.m. a 5:00 p.m., el 2 de marzo de 10:00 a.m. a 5:00 p.m., y el 3 de marzo de 10:00 a.m. a 1:00 p.m.!

    Taekwondo: una disciplina hermana del karate

    El taekwondo y el karate son disciplinas de las artes marciales y ambos tienen varias semejanzas. La principal es que se especializan en el puño y la patada a través del intercambio de fuerza. No obstante, el taekwondo presta más atención a las patadas y a los movimientos relacionados con ellas. Eso sí, en las dos prácticas hay chicos y chicas que la rompen, por eso antes de terminar queremos que conozcas a Hellen Sofía, una chica de la Generación eureka que dedica gran parte de su tiempo a esta práctica.

  • Karate: un deporte para chicos y chicas

    En eureka Tu Canal estamos destacando deportes que seguro te llaman la atención y que en algún momento has pensado practicar. El turno de hoy es para el karate. ¿Estás listx para conocer su historia, reglas y dónde puedes entrenar en Bogotá? ¡Este artículo es para ti!

    ¿De dónde viene el karate?

    Para hablar de karate debemos ir hasta el siglo XV a la isla japonesa de Okinawa, durante el reino Ryukyu. Allí y en ese entonces las artes marciales estaban muy popularizadas y poco a poco fueron influenciadas por el kung-fu, una técnica China, y años después por combates japoneses modernos como el kendo, el judo, y finalmente el aikido. 

    Este deporte se expandió por el mundo y durante el siglo xx fue renombrado como karate-Do.

    Modalidades y reglas del karate

    Existen dos modalidades en este deporte. La primera se llama Kumite, en esta hay categorías según la edad y nivel de habilidad, y los puntos se otorgan según las técnicas de golpe y patadas controladas en áreas específicas del cuerpo del oponente. 

    Los combates pueden tener una duración de tiempo determinada o seguir un sistema de puntos acumulativos. Al final, el competidor con más puntos gana. Cabe señalar que en cada juego hay: 1 referee (Shushin), 4 jueces (Fukushin) y un árbitro (Kansa). Asimismo, debe existir la  presencia de cronometristas, planilleros y anunciadores.

    La segunda modalidad se conoce como Kata. En esta los participantes deben demostrar secuencias de movimientos predeterminados contra oponentes imaginarios. 

    Cada Kata se conforma de un conjunto específico de movimientos y técnicas que deben ejecutarse con precisión, fluidez y poder. En esta modalidad, los competidores son evaluados por un panel de jueces que califican la calidad de las técnicas, la postura, el enfoque y la fuerza emocional transmitida durante la presentación.

    Aunque este es un deporte de contacto, debes saber algunas de las áreas de golpe permitidas son la cabeza, pecho, abdomen,costados y espalda. Adicionalmente, no se permite realizar técnicas de ataque sobre las articulaciones, los empeines, las ingles, las piernas, los brazos, la garganta o los ojos.

    ¿Cómo llegó el karate a Colombia?

    El karate en Colombia tuvo origen en Villapinzón, una población del nororiente de Cundinamarca, donde se practicó por primera vez el 5 de agosto de 1963 con un grupo dirigido por Jaime Fernández Garzón, quien practicaba Shorin Ryu Shido Kan, estilo que aprendió durante sus estudios en Argentina. En 1967 Fernández funda el primer dojo o escuela de artes marciales en la capital: La Academia Colombo Japonesa, y en 1972 se constituye la Liga de Karate-Do de Bogotá. ¿Lo sabías?

    ¿Dónde practicar karate en Bogotá?

     Si te llama la atención el karate-do deporte puedes practicarlo en la Unidad Deportiva El Salitre, allí encuentras la Liga de Karate de Bogotá. También, puedes encontrar dojos y academias alrededor de la ciudad donde vas a poder conocer más del karate, una práctica que le entrega muchos beneficios a tu cuerpo y mente como: el aumento de la resistencia cardiovascular, mejora la resistencia y la fuerza muscular, incrementa la flexibilidad y estimula la concentración.

    ¿Dónde puedo ver competencias de karate?

     ¡Tenemos buenas noticias! Este sábado 2 y domingo 3 de marzo a través de las pantallas de Capital vas a poder vivir el I Campeonato Nacional Interligas e interclubes de Karate Nacional, el cual reúne a las distintas ligas y clubes del país para competir en las categorías Senior, Juvenil y Preinfantil.

    Lo mejor de todo es que tú vas a poder vivir y seguir este encuentro deportivo en familia a través de las pantallas de Capital. 

    ¡Conéctate este viernes 29 de febrero de 1:00 p.m. a 5:00 p.m., el 2 de marzo de 10:00 a.m. a 5:00 p.m., y el 3 de marzo de 10:00 a.m. a 1:00 p.m.!

    Taekwondo: una disciplina hermana del karate

    El taekwondo y el karate son disciplinas de las artes marciales y ambos tienen varias semejanzas. La principal es que se especializan en el puño y la patada a través del intercambio de fuerza. No obstante, el taekwondo presta más atención a las patadas y a los movimientos relacionados con ellas. Eso sí, en las dos prácticas hay chicos y chicas que la rompen, por eso antes de terminar queremos que conozcas a Hellen Sofía, una chica de la Generación eureka que dedica gran parte de su tiempo a esta práctica.