En lo alto de la vereda El Destino, en la zona rural de Usme, Bogotá, vive María Paula Huertas Poveda, una niña de tres años con una energía que contagia. Su historia hace parte del capítulo realizado por eureka, Tu Canal para la serie Estamos aquí, una propuesta audiovisual pensada para la primera infancia que invita a niñas y niños a recorrer sus territorios, reconocerlos, apropiarse de ellos y contarlos desde su mirada.
Cada episodio de Estamos aquí nos lleva a explorar una ciudad latinoamericana, a través de la mirada autentica de los niños y niñas. En compañía de una persona adulta cercana, caminan su barrio, descubren secretos cotidianos, identifican lo que hace único su entorno y nos cuentan cómo ven el mundo que los rodea.
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En el capítulo producido por eureka, seguimos a María Paula y a su primo Miguel Ángel en un recorrido por la finca El Porvenir, el hogar familiar en el que crecen rodeados de naturaleza, animales y muchas tareas del campo.
Allí alimentan a Fiona, la coneja; a Paco y Luis, los gallos; juegan con Pepa, la oveja más consentida, y cuidan los cultivos de lechuga y tomate que su familia siembra, cosecha y distribuye a un restaurante de hamburguesas en la ciudad.
Desde muy temprano, la rutina en la finca es intensa: a las seis de la mañana ordeñan las vacas y las alimentan, desayunan y luego continúan con la atención a otros animales. Gallos, codornices, conejos, la oveja y hasta una ternera llamada Alejandra hacen parte de esta gran familia campesina. Después, las labores del campo siguen con la siembra, el deshierbe, la fumigación y la cosecha.
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María Paula participa activamente en estas tareas, siempre dispuesta a ayudar, curiosa y con ganas de aprender. Es muy sociable y habladora; cuando alguien llega de visita, ella se convierte en la mejor guía: muestra la finca, presenta a los animales y cuenta todo lo que hacen en su día a día. Le encanta alimentar a los animales, montar bicicleta y conducir un carro de juguete. Eso sí, no le gusta que le lleven la contraria.
Este episodio de Estamos aquí es una ventana al mundo de una niña campesina que vive rodeada de afecto, trabajo colaborativo y mucho verde. Un mundo que se descubre con alegría y orgullo, y que permite a las y los más pequeños reconocerse también como parte activa de sus entornos. A su vez esta historia nos recuerda lo diversa que es Bogotá y lo afortunados que somos de tener una ciudad en la que la ruralidad también es protagonista.
